Con motivo del cierre de año, hemos preparado un resumen de la situación internacional desde la perspectiva del comercio, describiendo las principales tendencias de la economía global y las transformaciones estructurales del comercio internacional, sí como los cambios que resultan de estas transformaciones.
Y es que, para sorpresa de muchos, se proyecta que en 2021 el comercio mundial de bienes tendrá el mayor crecimiento registrado desde el 2010. Dicho crecimiento se basa en los siguientes tres pilares: El levantamiento progresivo de las restricciones en la movilidad de mercancías, al crecimiento en los índices de vacunación y a los programas de estímulo económico.
En América Latina y el Caribe también ha sido visible esta recuperación durante 2021, aunque no precisamente por los mismos motivos. En este caso, se ha debido al aumento de los precios de sus principales productos de exportación, a una mayor demanda de sus principales socios comerciales y a la recuperación de la actividad económica en la región. Sin embargo, las exportaciones regionales de servicios no han tenido el mismo ritmo de recuperación luego del desplome que la pandemia produjo en el turismo internacional.
Por otro lado, la pandemia también provocó una importante pérdida en la capacidad exportadora especialmente de las micro, pequeñas y medianas empresas. Esto se debe, en gran medida, a la caída del comercio regional observada a principios del 2019, resultado de la crisis del COVID-19. Esta situación evidenció la urgencia de priorizar la integración regional para generar una recuperación sostenible y transformadora en un contexto mundial en donde las principales potencias económicas buscan una mayor autonomía estratégica avanzando en sus propios procesos de regionalización comercial y productiva. Este fenómeno obedece a diversos factores en curso que están redefiniendo la organización del comercio internacional, entre los cuales destacan la creciente digitalización y automatización de los procesos productivos, las tensiones geopolíticas, los crecientes costos del transporte marítimo y la necesidad de reducir la huella ambiental de las cadenas de producción.
Otro aspecto importante para tomar en cuenta es lo que puede aportar el comercio internacional en la transición hacia una economía circular. Al contrario de una economía lineal, los actores en las cadenas de producción y consumo circulares deberán de reducir el uso de recursos materiales, prolongar la vida útil de los bienes y, recuperar, reciclar y reutilizar materiales al final de la vida útil de los mismos.
Por ejemplo, cuando en países subdesarrollados no se cuente con las condiciones a nivel nacional, ya sea en materia de escala, de tecnología, y/o en procesos de reciclaje, reutilización o re-manufacturación adecuados, el comercio permite el traslado de productos a otros países que sí tienen dichas condiciones. El comercio permite también contar con mercados más amplios para desarrollar nuevos productos y servicios a partir de estrategias circulares.
Para aprovechar estas potencialidades, se deberán integrar en las agendas de comercio internacional de cada país, iniciativas de economía circular y viceversa. Por una parte, al integrar la economía circular en los acuerdos comerciales se podría conseguir un mayor acceso a los mercados y promover la cooperación entre socios. Por otra parte, incorporar el comercio en las agendas de economía circular permitiría potenciar la creación de mercados globales, avanzar en la armonización internacional de normas y en la disminución de barreras comerciales innecesarias.
En conclusión, debemos considerar que la afirmación de que el comercio mundial tendrá una importante recuperación para el cierre del 2021 debe matizarse por al menos tres motivos.
En primer lugar, la recuperación solo se observa con claridad en el comercio de bienes, puesto que el comercio de servicios sigue afectado por las diversas restricciones a la movilidad en el turismo internacional.
En segundo término, el gran dinamismo de los flujos mundiales de comercio de bienes durante los ocho primeros meses de 2021 ha tendido a atenuarse en la última parte del año, lo que evidencia que la recuperación refleja en buena medida el efecto estadístico de la baja tasa de comparación del primer semestre de 2020.
En tercer lugar, diversos factores pueden afectar negativamente la trayectoria del comercio mundial en los próximos meses. Entre ellos se cuentan el surgimiento de rebrotes de casos de COVID-19 (así como de la nueva variante ómicron), la desigual distribución de la cobertura mundial de vacunación, diversas perturbaciones ocasionadas por la pandemia en las cadenas mundiales de suministro (en particular, las fuertes alzas de los fletes marítimos), los problemas que enfrenta el sector inmobiliario en China y la dificultad para mantener los estímulos fiscales si los efectos de la pandemia se prolongan más allá de 2021.
Saludos.
Ingeniero Industrial egresado del Instituto Tecnológico de Querétaro. Con cuatro años de experiencia en la gestión de proyectos, así como en el desarrollo de procesos orientados a la mejora continua. Apasionado por la gestión de recursos y servicio al cliente al más alto nivel de exigencia.