En el cierre de 2021, el gobierno federal presentó su famoso decálogo de tareas para la “recuperación” del elefante blanco, Pemex; que afirman nos van a permitir alcanzar la autosuficiencia energética y garantizar que los precios de los combustibles no incrementen.
- Restitución de reservas.
- Producción y comercialización de crudo. Con ello se espera que Pemex en 2022 pueda procesar un millón y medio de barriles. (Actualmente se procesan alrededor de 700 mil barriles)
- Rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación.
- Planeación e inversión para el Complejo Petroquímico Cangrejera.
- Proyecto Fertilizantes. En 2022 se invertirán 300 millones de dólares en plantas de fertilizantes.
- Centros Procesadores de Gas. Del 2022 y hasta el 2024 incrementará la producción de gas húmedo, se realizarán mantenimientos y rehabilitación de las plantas.
- Recuperación del mercado de combustibles.
- Riesgos críticos y taponamientos. – Implementarán un programa de atención de más de mil riesgos críticos para evitar afectaciones ambientales. Realizaran el taponamiento de 940 pozos con un presupuesto de 4 mil 300 millones de pesos.
- Basificación de trabajadores. Basificarán a 17 mil trabajadores de Pemex en modalidad transitoria para el 2024.
- Por último, también habrá reducciones en la carga impositiva y apoyos directos a Pemex.
Todo esto puede sonar muy atractivo, sin embargo, hoy en día no existen las condiciones para que esto ocurra y tampoco se ve por dónde se puedan generar. Además, el no implementar una estrategia de transición correcta, puede tener un impacto negativo a las finanzas públicas justo en el inicio de la “recuperación” económica tras la pandemia de Covid-19.
Economía nacional en juego
En concreto, el que México deje de exportar crudo representa que dejarían de ingresar entre 15,000 y 20,000 millones de dólares al año (dependiendo del precio del barril).
Por ende, se tendría que buscar de manera interna cuál sería el sector que sustituiría estos ingresos, pero hoy en día no hay indicador de la economía interna que sea fuerte por sí mismo como para sustituir este recurso.
De hecho, la comercialización del petróleo mexicano en el exterior es de tal relevancia que el precio del barril es uno de los tres principales indicadores que se esperan cada año, cuando se entregan los Criterios Generales de Política Económica.
Otro aspecto importante para considerar es que no hay garantía para que en este lapso que plantea el gobierno federal para dejar de exportar crudo, Pemex tenga la tecnología para que pueda lograrlo.
Según las estimaciones del gobierno, al cierre del sexenio se refinará la producción total del crudo del país, una previsión de 2 millones de barriles diarios.
Con ello, se llegaría al 86% la utilización de la capacidad de proceso de crudo del SNR (Sistema Nacional de Refinación), al cual se integrarían la refinería de Deer Park de Texas y la de Dos Bocas, actualmente en construcción. Lo que sí representaría un punto a favor, pues se dejarían de importar petrolíferos, principalmente gasolinas.
Salida del mercado internacional
En caso de que México concreté el plan de dejar de exportar crudo y luego en 2025 con otra administración quisiera regresar, su oferta ya estaría cubierta por otros países; Es decir, ya no tendría la misma cabida en el mercado.
México tiene peso en el comercio internacional de crudo, por ello forma parte de la OPEP+ (integrada por países OPEP y no OPEP), mismo que perdería al dejar de vender petróleo al exterior.
Sin duda la autosuficiencia energética es el sueño al que muchos países aspiran… Aquí la pregunta es ¿Está México preparado para ello?
Ingeniero Industrial egresado del Instituto Tecnológico de Querétaro. Con cuatro años de experiencia en la gestión de proyectos, así como en el desarrollo de procesos orientados a la mejora continua. Apasionado por la gestión de recursos y servicio al cliente al más alto nivel de exigencia.